Cine para mujeres y la fantasía del bienestar económico
El Fantasma del Dinero.
El cine está repleto de productos hechos para mujeres, en su mayor parte romance comúnmente con insinuaciones sexuales, llenas de hombres adecuados para la heterosexualidad de todas las edades; las adolescentes y los vampiros (Crepúsculo vive en mi alma), las jóvenes con productos mas eróticos y las mujeres de mayor edad con romances tranquilos y cómicos en la bella toscana italiana. Pero todas estas películas, e incluso sus estereotipos, están unidos por un elemento frecuente con muy pocas excepciones: todos esos hombres tienen dinero.
No me refiero a un trabajo regular donde luchas para sobrevivir y cualquier gasto extra significa un sacrificio monetario. No. Hablo de montones de dinero. Por alguna razón, a las mujeres nos atraen los hombres adinerados. El dinero lleva al poder, y durante años se nos enseño que el poder era algo que admirar en el sexo masculino.
Mas allá de hablar de las raíces de los clichés ordinariamente referidos al machismo, o por qué tenemos este particular gusto, me quiero centrar en la ilusión, la fantasía, el retrato hablado del hombre ideal; un hombre rico.
Es más que claro que los estereotipos físicos son un factor importante en el desarrollo de la atracción por nuestros personajes favoritos. Sin embargo, estos siempre se ven opacados por la cantidad de dinero, quizá un poco menos en los dedicados a jóvenes (chicos malos con pasados tormentosos a los que puedes cambiar y convertir en hombres de bien), pero para las mujeres que ya han pasado por la pubertad, si el hombre en cuestión no tiene suficiente solvencia económica, entonces no es tan admirable.
![]() |
| El infierno de Gabriel, 2019 |
Cuando las líneas de salida están bien marcadas en esta fantasía, es hora de comenzar la carrera; una donde el hombre que se ve atraído por la protagonista (a la que empezaré a dirigirme como tú ya que esa es la intención) comienza a cortejarla, comprando regalos caros, paseos increíbles y cenas fuera de la imaginación. Esta conducta hace que vayamos bajando la guardia, convirtiéndonos en todo lo que sería inimaginable si tan sólo no tuviera el poder adquisitivo que tiene, perdonando los lapsus donde se nota la posesividad, el control y la necesidad de pertenencia nada sana. Estos comportamientos son rápidamente eclipsados por el encanto y amor que profesa el coprotagonista, disfrazando estas conductas con el manto de la seguridad.
![]() |
| 50 Sombras de Grey,2015 |
![]() |
| 365 Dni, 2020 |
Escrito por: Itzel Illescas
Corrección: Yolanda Nuñez



Comentarios
Publicar un comentario