De: La lluvia y el tiempo
Llegaron las primeras lluvias y casualmente volvía de una visita cuando saque de mi bolsa aquel primer paraguas que compre cuando volví aquí, el comienzo de estación está cerca, el desastrozo final se ve lejano y mientras caminaba me di cuenta de que el olor es diferente, ya no huele a hierba y esencia de almizcle, ahora el aroma del asfalto me envuelve, la jacaranda cerca a casa suelta sus florecitas y el estruendoso ambiente ya no me asusta, me permití caminar sin huir de los charcos y sentí como se mojaba mis dedos, las medias hicieron su aparición con esa rasposa sensación en mis dedos y aún con la gabardina sentí un poco de frío...¿porque estuve ocultandome del mundo y sus cambios constantes? El calor avallasador y el agua liberadora, baje mi barrera de plástico y sentí la lluvia correr por mi rostro, es una sensación catártica.
El tiempo no cura el dolor, ese es mi trabajo pero si permite soltar, mientras paseaba por las callejuelas y veía las plantas relucir sentí una extraña tranquilidad, un bálsamo espiritual que salía de mi corazón y se extendía por cada centímetro de piel, podría fácilmente haber sido la reacción natural al frío pero algo dentro de mi lo asociaba a la paz.
En el anterior "De:" había mencionado algo respecto a encontrar paz, era un sentimiento que seguía buscando pero que de extraña manera encontré en la mitad de mi cuerpo exigiendo alimento, quizás no pueda describirlo de la misma manera tan intensa de como se sintió pero haré un esfuerzo en transmitirlo.
Era como una conexión profunda, la contundente revelación de que todo estaba bien, que el tiempo había pasado y las estaciones también, un desenlace y una reconstrucción, todo al mismo tiempo.
Jamás dejé de sentir la lluvia, de percibirla y sentirme afectada por ella pero mientras en ese momento de mi vida sentía miedo por ella ahora se ve como un ente familiar, así como aprendí a amar el calor y su necesidad de deshidratarme; He llegado a un par de conclusiones con ello...
Ahora el mundo luce más grande.
El presente es suyo pero el futuro...
El futuro me pertenece.
Escrito por: Itzel Illescas
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